Monday, November 10, 2008

los domingos Alberto y su mujer Susana pasan a buscar a la mujer de Alberto y la llevan a tomar un café en una confitería.

alberto no habla, está irritado y no ve el tiempo pasar. no tiene nada que hablar con su madre.

Susana es correcta y conversa con ella, que le cuenta los sucesos de la semana.

la madre de Alberto no salió en toda la semnaa y no tiene mucho que contar, pero preparó algunos comentarios para la ocación.

ella espera con anciedad esa hora y media de los domingos

cuenta que la máquina de lavar no funciona y que el portero le viene prometiendo que va a subir para ayudarla a arreglar una cortina. en realidad, por esa promesa, que ya tiene un tiempo, ella evita encontrarse al portero... sabe que si lo mira pone en evidencia la deuda y ella no quiere incomodarlo...

Alberto podría hacer más ameno el encuentro, comentando sus novedades, su opinión de las noicias del día, etc... pero sólo espera el tiempo pasar. no considera a su madre un interloccutor válido.

en realidad su madre no lo consideraba interlocutor válido cuando él era niño y quería contarle las cosas de la escuela.

desde su adolecencia, en realidad, perdieron el diálogo fluido.

sólo hace diez años, cuando ella se quedó viuda, se invirtió la situación de su niñez.

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